El sumo pontífice cerró su visita a Río de Janeiro por la Jornada Mundial de la Juventud para regresar a Roma.
Tras un encuentro con los voluntarios que ayudaron a organizar la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, en Río de Janeiro, el Papa Francisco emprendió su regreso al Vaticano, en Roma.
Pasadas las 18, Jorge Bergoglio llegó en helicóptero al aeropuerto de la cidade maravilhosa, donde abordó el avión de Alitalia que lo lleva de regreso a la Santa Sede.
Antes de partir, Francisco participó de una ceremonia de despedida que se realizó en el aeropuerto. «En este momento, ya empiezo a extrañarlos», dijo el Papa.
Más temprano, en su discurso de agradecimiento ante gran parte de los voluntarios que asistieron al centro de convenciones Riocentro, el sumo pontífice afirmó que, por seguir la cultura de lo provisional, algunas personas creen que el matrimonio o el sacerdocio están pasados de moda y que no vale la pena comprometerse para toda la vida.
«Yo, en cambio, les pido que sean revolucionarios, que vayan contracorriente; sí, en esto les pido que se rebelen contra esta cultura de lo provisional, que, en el fondo, cree que ustedes no son capaces de asumir responsabilidades, que no son capaces de amar verdaderamente», afirmó.
En ese marco, Francisco agradeció a los voluntarios por el trabajo y la dedicación para servir a los miles de peregrinos que participaron en la JMJ y por haber ayudado a convertir el evento en «una experiencia inolvidable de fe».
El Papa se despidió de los voluntarios pocas horas después de celebrar una misa para poco más de tres millones de personas en la playa de Copacabana.