jueves , marzo 28 2024

La bañera de Picasso, según David Douglas Duncan

duncan1--644x362El fotoperiodista estadounidense bautiza la donación de 166 fotografías que ha realizado al Museo Picasso de Barcelona.

Duncan señana la imagen de Picasso en la bañera

La mansión de La Californie, situada al lado de Cannes, fue el hogar de Pablo Picasso y Jacqueline desde 1955 hasta 1961. Durante este periodo se convirtió en un lugar de encuentro de amigos del artista que pasaban por la Costa Azul, una residencia familiar llena de niños y animales y un enorme taller donde Picasso trabajaba y acumulaba tantísima obra.

Precisamente, en este palacio de lujo es donde David Douglas Duncan conoció a Picasso. “Mi amigo Robert Capa me dijo que si pasaba por la Costa Azul fuera a visitar a Picasso y así lo hice -explica emocionado el fotógrafo Douglas Duncan-. Aterricé en su casa en una parada que hice cuando viajaba de Roma a Marruecos en coche. Me alojé en un hotel donde la recepcionista me dio el teléfono de la casa de Picasso y llamé. Me cogió Jacqueline y Picasso ordenó que viniera inmediatamente”.

Entró en la casa y Jacqueline le guió. “Picasso me recibió en pelotas en la bañera. Era como un niño, totalmente feliz en su bañera y le pedí hacer una foto”, así empezó a retratar la intimidad que se cocía entre las enormes paredes de La Californie.

El fotoperiodista norteamericano, lleno de energía a sus noventa y siete años de edad, bautizó ayer en el Museo Picasso de Barcelona su donación de 161 fotografías de lo que él considera el mejor periodo en la vida de Picasso. «Para mí, es un gran honor venir a Barcelona, donde Picasso fue joven, pero yo soy de Kansas City y, cuando tenía su edad, ni siquiera había visitado Sant Louis -la capital de Missouri-. Venía de un mundo pequeño y estar aquí, en la Barcelona de Picasso, me emociona. Soy fotógrafo de guerra, tengo casi 100 años y aún siento las cosas con el corazón», confiesa.

“La selección que he donado al Museo Picasso de Barcelona, de las que ahora podemos ver sesenta de ellas, son sin duda las mejores fotografías que le hice al artista”, añade mientras subraya que estas imágenes son parte de la historia y que varias de las cosas que vemos ya no existen “como este trozo de jardín donde corretean unas cabras que después fue una piscina cuando la heredó su nieta Marina Picasso”. Los animales forman parte de este gran festival picassiano. “También vemos a Lupi encantado en el jardín, yo le regalé este perro que después fue una de las mascotas de la casa y que Picasso le retrató”.

Aunque hubo varios fotógrafos que retrataron a Picasso, la amistad de Duncan con el artista malagueño dio como resultado la captación de pequeños espacios de la vida de Picasso con Jacqueline y el seguimiento de sus procesos artísticos, imprescindibles para entender su obra.

Duncan donó su archivo en 1996 al Harry Ransom Center, de la Universidad de Texas, que custodia también sus negativos y desde donde se han realizado las copias digitales donadas, que ha impreso el laboratorio fotográfico Central Dupon Images de París.

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