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Imperio de Beyonce y Jay Z es valorado en US$1.000 millones de dólares

JAY Z

Se trata de un récord más a añadir al currículo de una artista que desde que saltó a la fama siendo una adolescente a fines de los años 90 con el trío de R&B Destiny’s Child, se ha mantenido en lo más alto de la música pop, vendiendo cerca de 180 millones de discos en todo el mundo.

Su ascenso a la cúspide lo ha hecho de la mano del rapero Jay Z, con quien contrajo matrimonio en 2008 tras varios años de relación, y con el que forma la que es considerada la pareja más poderosa de la industria del entretenimiento, con una fortuna combinada que ronda los US$1.000 millones.

La influencia de «los reyes de EE.UU.», como los han bautizado algunos medios, se extiende más allá del mundo de la música, contando cada uno con lucrativos contratos de patrocinio de importantes marcas y con sus propias líneas de ropa, perfumes y hasta champán.

Según la revista Forbes, los ingresos de Beyoncé entre junio de 2013 y junio de 2014 ascendieron a US$115 millones, más que ningún otro artista, y los de su marido se situaron en US$60 millones.

Reyes del marketing
Este domingo Beyoncé podría sumar algún megáfono dorado más a los 17 que ya tiene, gracias a su quinto álbum de estudio en solitario, que lleva su nombre por título y cuya estrategia de lanzamiento en diciembre de 2013 causó un terremoto en la industria musical.

La cantante nacida en Texas en 1981 sacó a la venta el disco en iTunes por sorpresa acompañado de 17 videos musicales rodados por todo el mundo, una apuesta sin precedentes que le salió redonda, vendiendo más de 800.000 copias en tan sólo tres días.

Unos meses antes su marido -quien cuenta con su propio sello musical, Roc-a-Fella- también había demostrado su buen olfato para el marketing, regalando su disco «Magna Carta Holy Grail» a un millón de usuarios de teléfonos celulares Samsung varios días antes del lanzamiento oficial del álbum.

A estas alturas está claro que la química de la que disfrutan Beyoncé y Jay Z, quienes tienen una hija en común de 3 años, funciona tanto fuera como sobre los escenarios.
Fue su colaboración en 2003 en el tema «Crazy in Love» la que convirtió a Beyoncé en una estrella global y afianzó su carrera en solitario.

Cuando ella actúa sola, sus ingresos por recital oscilan entre US$1 millón y US$2 millones. En el caso de él, recauda entre US$750.000 y US$1,2 por concierto.
Además de tener su propio sello discográfico, Jay Z, de 45 años, es el fundador de la compañía de entretenimiento Roc Nation, con la que representa a artistas como Kanye West, Rihanna o Shakira.

A Beyoncé dejó de representarla su padre en 2011 y cuenta con su propia productora, Parkwood Entertainment, con la que ha producido sus dos últimos discos, así como el filme «Cadillac Records» (2008), una de las varias incursiones que ha hecho en el mundo del cine.

«Dreamgirls» (2006) le valió una nominación a los Globos de Oro como mejor actriz de comedia o musical.

Nada se le resiste a esta pareja, a la que la revista Forbes situó en 2013 como una de las más podersas del mundo, por detrás nada más y nada menos que de Barack y Michelle Obama, -para los que Beyoncé cantó en la segunda toma de posesión del presidente estadounidense hace dos años- y de Bill y Melinda Gates.

Trabajo y más trabajo
«Beyoncé ha dedicado su vida al mundo del entretenimiento. No hay duda de que si quieres construir una marca como la suya, con reconocimiento internacional, eso es lo que debes hacer. Trabajar muy duro», asegura Shirley Halperin, editora musical de las revistas Billboard y The Hollywood Reporter.

«Creo que uno de sus puntos fuertes ha sido que ha planeado meticulosamente su carrera, estando siempre por delante de sus competidores», señala la periodista en conversación con BBC Mundo.

En los últimos meses, con «On the Run», la gira conjunta que han realizado por todo EE.UU., han recaudado más de US$100 millones, con unas ganancias de unos US$5 millones por concierto.

Halperin cree que «no hay duda de que junto con Jay Z forma la pareja más poderosa de la industria de la música, ya que nadie ha vendido más discos o ha ganados más premios y dinero».
«Jay Z siempre ha sido un hombre de negocios muy inteligente, con su discográfica y sus diferentes líneas de productos, y creo que a Beyoncé también se le da muy bien todo eso».

«Sus talentos se complementan y ambos traspasan las barreras de los géneros musicales. Beyonce empezó como cantante de R&B y ahora es una superestrella del pop. Jaz Z, por su parte, empezó como rapero y ha conseguido grandes éxitos en la escena pop», señala Halperin.

«La influencia y la relevancia de ambos trasciende el mundo de la música».

«Su marido es mucho más explícito a la hora de utilizar su música para promocionar sus negocios», señala Barker.

«Al público le gustan las parejas poderosas. Eso te lo demuestra el enorme éxito que ha tenido la gira que han hecho juntos. La química que tienen dentro y fuera de los escenarios es la que hace que sean tan populares».
«Lo que hizo Beyoncé con su último disco fue un golpe maestro de marketing. Que pudiera producir un álbum entero, acompañado de 17 videos musicales y manteniéndolo todo en secreto es una muestra el grado de control que tiene sobre su marca y sobre el mensaje que quiere transmitir», apunta el periodista de Variety.

«Además, en cada uno de sus discos trabaja con productores consagrados, aunque también con algunos desconocidos, como Boots en su último disco, del que nadie antes había oído hablar, lo que enseña que es capaz de identificar nuevos talentos».

Talento para la música y los negocios parece ser lo que le sobra a esta pareja.

Andrew Barker, editor de la revista Variety, cree que Beyoncé «es muy buena para los negocios, aunque al mismo tiempo no ha dejado que las cuestiones comerciales interfieran en su música, lo que le da integridad artística».

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