El tricampeón alemán no acató la orden del equipo y superó a su compañero para adjudicarse el triunfo en el GP de Malasia. El australiano no pudo contener su bronca.
El Gran Premio de Malasia ofreció uno de los podios más fríos de los últimos tiempos. Es que Mark Webber se encaminaba para ganar su primera carrera del año cuando Sebastian Vettel desobedeció una orden de equipo y terminó liderando la carrera. Lewis Hamilton, que acabó en la tercera posición, tampoco se mostró sonriente a la hora de la premiación.
«Después de la última parada en boxes, el equipo me dijo que la carrera había terminado y que arriesgáramos lo menos posible de cara al final para cuidar los neumáticos y proteger los bólidos», explicó el experimentado australiano, que tras el hecho recriminó públicamente al piloto alemán con gestos obscenos y discusión frente a las cámaras.
«El equipo tomó una decisión y bajé el ritmo, pero al final Sebastian tomó sus propias decisiones y no hizo caso a las órdenes. En el tramo final de la carrera forcé menos el motor y cuidé más los neumáticos, pero ahí empezó la pelea. Estoy decepcionado con el resultado«, añadió Webber frente a los periodistas.