jueves , marzo 28 2024

Se cumplen 150 años del discurso de Abraham Lincoln en Gettysburg

280013-abraham-lincolnEl pronunciamiento del expresidente estadounidense es uno de los más importantes de la historia.

El presidente Abraham Lincoln tardó cerca de dos minutos en pronunciar el discurso de Gettysburg durante un evento a las afueras de esa ciudad con el que se pretendía honrar a los caídos en una de las muchas batallas que se libraron durante la Guerra Civil estadounidense (1861-1865).

De acuerdo con los historiadores, Lincoln lo escribió en el tren que lo transportó entre Washington y Pennsylvania y muchos sostienen que cuando lo hizo estaba enfermo y con una alta fiebre.

Pese a ello, el discurso -que hoy cumple 150 años– es considerado no solo el más importante de su carrera sino uno de lo más destacados en la historia de la humanidad.

Tanto que uno de sus apartes, «el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo», está incluido en la Constitución de Francia y es considerado como la definición más moderna que existe de la democracia.

Curiosamente ni el mismo Lincoln anticipó el efecto que tendría en las generaciones futuras pues durante su intervención advirtió que quizá nadie recordaría las palabras allí pronunciadas.

Igual de anecdótico es que el discurso de Lincoln ni siquiera era el evento central de la ceremonia. Ese espacio se le concedió a Edward Everett, uno de los diplomáticos y oradores más reconocidos de la época y que se tardó dos horas en terminar su alocución.

En su breve discurso el expresidente, que años después sería asesinado, invocó los principios de la igual de los hombres consagrados en la Declaración de la independencia y redefinió la guerra como un renacer de las libertades para los ciudadanos de EE. UU. Pidió, así mismo, honrar la memoria de los caídos procurando que sus muertes no fueran en vano.

Lincoln pronunció sus palabras el 19 de noviembre de 1863 durante la Dedicatoria del Cementerio Nacional de los Soldados en la ciudad de Gettysburg, epicentro cuatro meses antes de la batalla más brutal de al Guerra Civil y en la que murieron unas 10.000 personas.

Aunque la guerra solo acabaría en 1865 cuando las tropas del Norte finalmente derrotaron al Ejército Confederado (Sur), la batalla de Gettysburg es considerada un punto de inflexión de la guerra a partir del cual La Unión tomó la delantera.

De acuerdo con Joseph Reidy, profesor de Historia de la Universidad de Howard, en su momento el objetivo de Lincoln con su discurso era vender o justificar la guerra que se libraba contra el Sur como un conflicto no solo por la preservación de la Unión sino por el fin de la esclavitud en Estados Unidos.

El célebre discurso de Lincoln serán recordado este martes con un evento en este mismo cementerio en el que está prevista una ceremonia de naturalización que otorgará la ciudadanía estadounidense a 15 personas, entre ellas un colombiano.

Texto completo del discurso

«Hace 87 años, nuestros padres hicieron nacer en este continente una nueva nación concebida en la libertad y consagrada en el principio de que todas las personas son creadas iguales.

Ahora estamos empeñados en una gran guerra civil que pone a prueba si esta nación, o cualquier nación así concebida y así consagrada, puede perdurar en el tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a consagrar una porción de ese campo como lugar de último descanso para aquellos que dieron aquí sus vidas para que esta nación pudiera vivir. Es absolutamente correcto y apropiado que hagamos tal cosa.

Pero, en un sentido más amplio, nosotros no podemos dedicar, no podemos consagrar, no podemos santificar este terreno. Los valientes hombres, vivos y muertos, que lucharon aquí ya lo han consagrado, muy por encima de lo que nuestras pobres facultades podrían añadir o restar.

El mundo apenas advertirá y no recordará por mucho tiempo lo que aquí digamos, pero nunca podrá olvidar lo que ellos hicieron aquí. Somos, más bien, nosotros, los vivos, quienes debemos consagrarnos aquí a la tarea inconclusa que los que aquí lucharon hicieron avanzar tanto y tan noblemente. Somos más bien los vivos los que debemos consagrarnos aquí a la gran tarea que aún resta ante nosotros: que de estos muertos a los que honramos tomemos una devoción incrementada a la causa por la que ellos dieron la última medida colmada de celo. Que resolvamos aquí firmemente que estos muertos no habrán dado su vida en vano. Que esta nación, Dios mediante, tendrá un nuevo nacimiento de libertad. Y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra».

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