viernes , marzo 29 2024

Pueblo en Noruega instala espejos en sus montañas para recibir luz del sol

EspejosAl mundo podrá parecerle una exageración, pero claro, son pocos los países donde el sol es realmente una extrañeza de tal magnitud que recibir sus rayos se convierte casi en una prioridad para la supervivencia.

Algo así ocurre en el pueblo de Rjukan, en Noruega, donde las montañas circundantes condicionan de tal modo la llegada de los oblicuos rayos solares en esas latitudes, que prácticamente los vecinos deben subir a las alturas para poder disfrutar algunos días al año del “calor” solar.

Es así que a un costo superior a los 845.000 dólares los vecinos de la pequeña localidad noruega contrataron la instalación de gigantescos espejos en las cercanías de la cima de cada montaña, en los mejores ángulos de captación de los rayos para que de una vez por todas el pueblo deje de ser dominado por las sombras, o por la luz artificial.

Cada año entre otoño y primavera, y parte de ambas estaciones incluídas, el pueblo que se ubica en el fondo del valle de Vestfjord, queda en permanente oscuridad y los habitantes solo ven la escasa luz que refleja la nieve en las cumbres heladas.

Una fiesta total por la llegada del sol

“Esto es lo más grandioso que le ha ocurrido al pueblo en mucho tiempo! Por fin!” declaró el entusiasmado alcalde de la población Steinar Bergsland, al inaugurar los tres reflectores gigantes de 45 metros de altura, una idea que originalmente se remonta al año 1913, pero que nunca pudo concretarse, según publica la agencia de noticias DPA.

Diez años atrás un artista local -Martin Andersen- propuso la idea de desviar los rayos solares con rumbo al valle, pero en  principio todo apuntaba que una vez más nada quedaría en concreto. Sin embargo el esfuerzo del consejo municipal y de los vecinos, y años de debate para que la obra no se convirtiera en un experimento inútil, concluyeron con un plan de ingeniería que ahora se espera cambie la faz histórica de la localidad.

Tampoco el proyecto ha sido inédito: en Italia, en la localidad de Viganella, en los Alpes, existe un sistema similar que hasta el momento opera con particular éxito.

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