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¿Un móvil que vale 7.900 euros, no tiene 4G y sale con una versión antigua de Android (Ice Cream Sandwich)? Puede parecer una broma, pero no, no lo es. Es el nuevo Vertu TI, el smartphone que la compañía británica acaba de anunciar oficialmente tras desvincularse de Nokia y apostar por Android en lugar de Windows Phone. ¿Pagar más, mucho más, por un producto anticuado? Nunca se sabe en las altas esferas…
Nokia vendió Vertu en octubre de 2012, pero mantiene todavía un 10% en la compañía. Ahora que la firma de lujo es «libre», es curioso que haya escogido Android en lugar de Windows Phone. Aunque no lo es menos que haya decidido estrenar un móvil tan caro como aparentemente anticuado.
El Vertu TI, que saldrá a la venta a partir de abril, incorpora una pantalla táctil de zafiro de 3,7 pulgadas (¡de 800×480 de resolución!), pesa 180 gramos (el iPhone 5 pesa 112 gr. y el Galaxy SIII 118 gr.) y cuenta con un procesador Snapdragon de doble núcleo a 1,5 Ghz, cámara de 8 megapíxeles y 64 GB de almacenamiento.
Lo sorprendente es que el móvil ni es compatible con 4G ni viene con la última versión de Android. Eso sí, si lo prefieres fabricado en oro u otros materiales, no hay problema, lo puedes configurar al gusto hasta un precio de 16.500 euros.
En Vertu reconocen que estar a la última tecnológicamente no es su prioridad. «Nunca estaremos en la cresta de la ola de la tecnología», reconoce su director de diseño a la BBC. Se trata, aseguran, de crear un producto exclusivo y de lujo, más que una perfecta máquina tecnológica.
Cada móvil se fabrica en Reino Unido completamente a mano. Y nada de perder tiempo con las apps (que las tiene). Si quieres reservar un restaurante o saber qué tiempo hará mañana, solo tienes que apretar el botón de concierge y un equipo de agentes telefónicos estará a tu servicio al momento.
Por supuesto, el nuevo Vertu TI está pensado para un nicho muy, muy concreto de clientes. Después de 10 años, solo hay 326.000 dueños de un Vertu en el mundo y 500 tiendas donde se pueden comprar. ¿Quién dijo que la tecnología no podía ser exclusiva?
